Aun que ahora lo cool sea odiar el fútbol tan irracionalmente como otros lo aman, saber disfrutar de él es tan maravilloso como aprender a disfrutar de cualquier otro espectáculo. Precisión, concentración y compenetración. Un equipo. Individuos embebidos en aceite lubricante para que los rozamientos disminuyan hasta ser casi nulos. Mírales: parecen niños, no multimillonarios. Un grupo de chavales muertos del gusto que les está dando coger la copa. Un equipo con el que te irías de cena. Una pandilla de amigos.
Gracias por el espectáculo. El show ha estado sublime, chicos. Verdaderamente sublime.
Foto: 20minutos
gustito
lunes, 30 de junio de 2008
vendetta
lunes, 23 de junio de 2008
breve sobre lo manido
lunes, 16 de junio de 2008
Después de amenazar, coaccionar y arruinar a muchas personas, deciden que igual, a lo mejor, se cadra, se están pasando. Muchos pueblos creo yo. Será que os falló el GPS, ¿no?
furbol
lunes, 2 de junio de 2008
Resulta interesantísimo alcanzar el punto en el que el fútbol no te importa más allá de lo intrascendente. Disfrutas igualmente de la victoria, pero te ahorras gran cantidad de disgustos. Desarrollar esa capacidad lleva tiempo y una pequeña inversión de sentido común para abandonar dinámicas de comportamiento repetitivo, sin aspiraciones mayores que las de llevar las banderas más grandes. Mi salud mental y mi desarrollo pseoudointelectual hace algunos años que me han agradecido que tomase este camino.
¿Y si al salir del teatro el público dejase vía libre a su frustración por que la obra no acabó como ellos querían?
El espectáculo es tan solo eso.
Foto Flickr